viernes, 28 de junio de 2013

Dejé de confiar en las personas.

Pero es mejor ser adicto a un objeto: el cigarrillo, el periódico, el cine, el ordenador, la comida, que ser adicto a una persona.

Tu ocúpate de hacerme reír, que de hacerme llorar ya se ocupa la vida.

Buscare en cada canción el secreto de la felicidad.




Estábamos ahí, al decir adiós salió de mí un beso; simple, sencillo y patético beso que quedó en su mejilla y marcado en mis labios. En ese beso dejé en claro mis debilidades y mis fortalezas que se resumen en una misma cosa: él.